Una de las novedades editoriales de este año es la imperdible historia del escritor paraguayo (residente en Argentina), Ever Román.
Novedades editoriales para este año hay muchas. Sin embargo, nos vamos a detener en esta que parece única en muchos sentidos y que trae aires nuevos a la literatura latinoamericana.
Se trata de la novela Resistencia de Ever Román, un escritor que va a dar de qué hablar.
¿De qué va la historia?
Publicada por editorial EDUVIM, Resistencia plantea una historia que transita las peripecias de un personaje al límite de todo, no solo geográfico sino emocional y vital.
Con esta novela, Román – nacido en Mariscal Estigarribia ( Paraguay), aunque residente en Argentina desde hace varios años- vuelve a sus orígenes a través de un viaje alucinante, en el que el lector se transforma en parte del camino, de la frontera, de la búsqueda del protagonista, del humor y del delirio.
Con ciertos elementos autobiográficos – el autor transitó los senderos de su protagonista, Eduvigis-, la historia narra un viaje que va de Asunción a Resistencia, en el que la frontera geográfica y vital del personaje cobra una importancia trascendente, al momento de plantearse la trama.
Puede pensarse como una novela de aprendizaje, en el sentido de que Eduvigis va en búsqueda de su verdadera identidad; también hay algo del género de la road novel, en ese ir y venir que no termina nunca. Este juego con los géneros parece tener que ver con los límites, con la frontera también: ¿dónde empieza un género y termina otro? ¿dónde empieza un territorio y dónde culmina? Son preguntas que están implícitas en el desarrollo de la novela y que, tal vez, no esperan respuesta.
Otro elemento importante es el humor, que se plantea de manera constante, pero que adopta la forma del delirio, de lo casi onírico y que, según el propio Ever Román “…desdibuja límites, abre posibilidades, abre el paisaje de la literatura…permite un modo singular del disfrute en la lectura”.
Varios personajes se van a encontrar con Eduvigis, como compañeros transitorios de aventuras, pero es él solo quien deberá concluir ese viaje. Nosotros, como lectores, debemos acompañarlo, desde afuera – o desde adentro- en esa búsqueda espiritual y geográfica, en la que todos, alguna vez, nos perdimos.
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