Iara López Valdez, de 15 años, salió de su casa en barrio Frino el pasado 20 de julio y no volvió. La última vez que la vieron se estaba tomando el colectivo para irse a la estación José C. Paz.

La familia y amigos reclaman su aparición desde el primer día. Han realizado las denuncias, cortado las vías, consiguieron que se realizaran allanamientos, pero, hasta el momento, la policía, la fiscalía (Fiscal Carpovich de la UFI 21) y las autoridades no han llegado a información que pueda avanzar hacia su aparición.

La familia exige que se entreguen las filmaciones de las zonas en donde Iara pudo haber estado (hay versiones de que fue vista en Liniers), pero aún no se las han otorgado. Cuando piden información sobre el avance de la causa, se la niegan. Ni hablar del acompañamiento psicológico y protección que el Estado no les brinda en medio de la situación que están atravesando.

Este accionar de los distintos organismos del Estado en el caso de Iara no es la excepción sino la regla. Cuando una chica desaparece, lejos de poner los recursos a disposición de la investigación, policía, fiscalía y autoridades actúan encubriendo los hechos, dilatando los tiempos y culpabilizando a las víctimas y a la comunidad que se organiza exigiendo la aparición y la investigación.

En el barrio de Iara se habla de una posible red de trata, prostitución y venta de drogas. ¿Por qué todavía no se entregan las cámaras entonces?

fuente: prensaobrera.com