Uno de los más grandes directores, único y con un humor inteligente, nos ofrece una gran cantidad de historias para disfrutar. Te contamos cuáles son para nosotros las más recomendadas.

Llega el fin de semana y hay que relajarse.

Unas buenas películas, con un humor inteligente e historias increíbles, buena música y excelentes actuaciones son una opción más que tentadora, ¿o no?

Esta vez, te recomendamos algunos de los films más emblemáticos de Woody Allen; aquellos que se volvieron casi, casi, de culto.

Guiones de un humor más que sutil, psicoanalítico, llenos de idas y vueltas, malentendidos imposibles y la impronta del genial director, que deja siempre su sello en cada producto cinematográfico.

Entonces, sentate cómodamente en tu sillón favorito; tené a mano un rico pochoclo o, por qué no, unas buenas hamburguesas y a disfrutar.

Annie Hall (1977)

Se trata de una comedia romántica de muy alto vuelo, que Woody Allen co-escribió con Marshall Brickman.

El protagonista de la historia -detrás del que podemos ver al propio director- es Alvy Singer, quien intenta entender por qué su relación con Annie Hall no funcionó.

Es tal su obsesión por comprender las razones de que hayan terminado, que emprende una búsqueda personal: intenta descubrir la naturaleza del amor, haciéndoles preguntas a desconocidos por la calle sobre el tema.

La historia se centra en Alvy y su esposa, pero la película toca diversos temas, como la psicología de las relaciones, la sexualidad, el amor y, por supuesto, qué significa ser judío.

Este film no solo fue reconocido por el público sino también por la crítica e hizo merecedor a Woody Allen de cuatro Premios Oscars (Película, Director, Guión original y Actriz principal).

Manhattan (1979)

Se trata de otra comedia romántica, que nuevamente Woody Allen co-escribió con Marshall Brickman.

De nuevo, el film se centrará en las relaciones de pareja, que signaron las relaciones en el Nueva York de los años 70, desde la perspectiva de la clase alta intelectual.

Filmada íntegramente en blanco y negro -quizás en homenaje a directores europeos, como Bergman-, la ciudad se transforma en un protagonista más de la historia.

En este caso, Issac, un escritor neurótico de 40 años, está involucrado románticamente con Tracy, una estudiante de 17.

Él deja su trabajo para dedicarse a unas memorias, que tratan sobre vivir en Nueva York.

Sin embargo, todo se complica cuando empieza a salir con Mary, la ex amante de su mejor amigo.

Si bien no se alzó con ningún Premio Oscar, la película fue un éxito de taquilla y siguió reforzando la figura de Allen.

Zelig (1983)

Se trata de un falso documental realmente hilarante, protagonizado -de nuevo- por el mismo Allen y Mia Farrow.

La historia se ubica en los años 20 y su protagonista es Zelig, quien solía ser famoso, ya que era una especie de camaleón humano, que cambiaba su personalidad e, incluso, su fisonomía para adaptarse a cada una de las personas con las que se encontraba.

Para la época, este film supuso innovaciones técnicas, como aquella que permite que el personaje central aparezca en documentales reales; técnica que años más adelante usó Zemeckis para su Forrest Gump (1994).

Hannah y sus hermanas (1986)

Esta película es una combinación perfecta entre comedia y drama, en la que se cruzan tres historias diferentes.

El foco está puesto, nuevamente, en las relaciones de pareja, pero acá aborda el tema desde la perspectiva del hastío, del aburrimiento.

Se produce una infidelidad dentro de una misma familia; sin embargo, uno de los motivos principales del film es que la mujer tiene algo que decir en contra de la asignación de roles y, para ello, descubre a tres hermanas que han decidido optar por la apasionada vida del artista.

Conseguirán por ella el Oscar tanto Michael Caine como Dianne Wiest, como Actor y Actriz secundarios, lo que demuestra el talento de Allen en la dirección de actores y actrices.

Misterioso asesinato en Manhattan (1993)

Se trata de un policial con mucho humor y algo de parodia.

Carol Lipton es una ama de casa de Manhattan. Está aburrida de su vida prosaica. Pero la diversión se inicia para ella, cuando empieza a sospechar que su vecino Paul House ha asesinado a su mujer.

Su marido la tacha de paranoica e intenta quitarle esa idea de la cabeza, pero Carol se empeña en investigar y empieza a seguir a su vecino con la ayuda de su amigo Ted, que siempre se ha sentido atraído por ella.

Entonces, Larry, celoso y motivado, al mismo tiempo, por una seductora escritora, también interesada en el caso, se une de mala gana a la investigación.

¿Por cuál querés empezar?