Ahora parece imposible imaginarse practicando esta técnica beneficiosa para la salud. Sin embargo, es bueno que la conozcas y la pongas en práctica en cuanto sea posible.

El Shinrin Yoku, o Baño de Bosque, es una práctica que no solo beneficia el cuerpo, sino también la mente y el espíritu.

En estos tiempos de vértigo, de múltiples actividades, en los que todo va demasiado de prisa, los Baños de Bosque permiten -así lo han hecho sobre miles de japoneses- bajar los niveles de estrés y ansiedad de una manera más que significativa.

¿Cuándo surgen los Baños de Bosque?

La práctica de Shinrin Yoku se inició gracias a la Agencia Forestal de Japón.

En 1982, se acuñó el término “Baños de Bosque”, con la finalidad de darle mayor relevancia a los bosques, que cubren el 67% del territorio de Japón.

Esta idea, aparentemente innovadora, para aplacar la demanda de los ciudadanos japoneses de mantener más contacto con la Naturaleza, está inspirada en tradiciones sintoístas y budistas.

El objetivo es que el hombre se relacione con la Naturaleza y esta dinámica hombre-entorno se realice a través de todos los sentidos.

En un contexto, en el que las personas literalmente mueren por exceso de trabajo (karoshi), el gobierno nipón vio en esta práctica una solución para mitigar la ansiedad y el cansancio, que genera el ritmo urbano.

¿Cómo es darse un “Baño de Bosque”?

En primer lugar, hay que trasladarse a un entorno natural y caminar por sus senderos.

Entonces, es necesario abrirse al medio y empezar a percibirlo a través de nuestros cinco sentidos: oler el aroma de las hojas o las flores; escuchar el sonido del viento entre las ramas; mirar todo aquello que nos rodea; apreciar las distintas texturas que nos ofrece la Naturaleza (el tronco de un árbol; lo suave de una hoja o un pétalo), por ejemplo.

Algunos expertos aconsejan beberse un té, para que el sentido del gusto participe también en la experiencia.

¿Cuál es la forma adecuada de practicarlo?

Te pasamos algunos ítems básicos para llevar a cabo de la mejor manera esta práctica:

Sin prisa: El objetivo de los Baños de Bosque no es hacer ejercicio físico. Estos paseos suelen durar entre dos y cuatro horas para cubrir una distancia de un kilómetro y medio.

Prestar atención: Los sentidos deben estar a la orden de la Naturaleza. Es necesario abrirse al entorno y dejar que cada elemento del ambiente se adentre en nuestra mente y corazones.

Guía de un experto: La mejor manera de hacer una primera experiencia es mediante la guía de alguien calificado para tal actividad.

¿Cuáles son sus beneficios?

En Japón, la práctica de Shinrin Yoku es aconsejada por los especialistas de la Salud, ya que sus beneficios son múltiples y abarcan no solo lo físico sino también lo psicológico, neuronal y espiritual.

Descenso de la hormona del estrés: El cortisol es una hormona que genera diversos malestares físicos, como las jaquecas, problemas del corazón, hipertensión arterial; también puede afectar el estado de ánimo y provocar depresión o fatiga.

Creatividad: Está comprobado que los paseos por el bosque refuerzan la creatividad. No obstante, se requiere estar mucho tiempo en contacto con la Naturaleza para fortalecerla.

Refuerza el sistema inmunológico: Este efecto se relaciona directamente con el hecho de que los Baños de Bosque disminuyen la producción de cortisol, que atenta contra el sistema inmunitario.

Mejora el estado de ánimo: También se ha comprobado que el contacto prolongado con el medio natural favorece el buen humor y la alegría.

En cuanto esta época de pandemia que corre nos lo permita, hay que acercarse a algún ambiente natural y realizar esta práctica, aconsejada desde hace cientos de años por filósofos budistas.