Conocer nuestro tipo de piel es muy importante para darle el cuidado adecuado.

La piel necesita de un cuidado diario para verse saludable y luminosa.

Conocer el tipo de piel que tenés es fundamental para darle el tratamiento que merece.

Además, la suavidad, la ausencia de imperfecciones y la uniformidad en el tono (sin manchas) son los otros atributos más valorados.

¿Cómo lograrlos?

Conocé tu tipo de piel

 Es de mucha importancia que conozcas el tipo de piel que tenés para darle el tratamiento adecuado.

Por ejemplo, hay mucha gente que  no se hidrata de la manera en que debería o utiliza productos que hacen que su piel se irrite.

Por lo tanto, saber si tenés una piel seca o mixta, por ejemplo, puede hacer la gran diferencia.

Por otro lado, la piel se define en el nacimiento, de hecho el tipo de piel suele ser la misma durante toda la vida. Sin embargo, hay algunos aspectos que van a influir y hacer que se vaya transformando.

Existen distintos factores que pueden provocar cambios en la dermis: el endógeno, cuya causa es la genética y que produce secreciones de las glándulas sebáceas y sudoríparas y la degeneración de las fibras elásticas, y el factor exógeno, como la contaminación, el estrés, la alimentación y los rayos ultravioletas.

¿Cuál es tu tipo de piel?

Piel normal

Se trata de una piel que posee una textura regular y sin imperfecciones.

Su aspecto suele ser suave y limpio, sin necesidad de realizar nada.

Sin dudas, se trata de la piel más fácil de tratar. Sin embargo, hay que brindarle algunos cuidados, ya que con el paso del tiempo, suele transformarse en seca.

Se recomiendan tonificación y limpieza, así como emplear una crema hidratante día y noche, de absorción fácil, para proteger la epidermis.

Aunque este tipo de pieles no presenten problemas específicos, es esencial cuidarlas de factores exógenos como los rayos del sol  el envejecimiento natural.

Piel grasa

La piel grasa tiene un aspecto brillante, por la elevada producción de sebo. El problema más frecuente en este tipo de pieles son los granos y puntos negros. Debido a esto necesita exfoliarse frecuentemente para evitar la suciedad.

¿Cuáles son las causas del exceso de grasa?: desequilibrio hormonal, genética, edad, alimentación, entre otros.

Piel seca

Su principal problema es que carece de humedad, por lo que tiene un aspecto de tirantez y rigidez.

En ocasiones, posee manchas y parece más envejecida de lo que es. También sufre mucho los cambios climáticos.

Lo que se recomienda para este tipo de piel es una buena hidratación, ya que estos cosméticos poseen ácidos grasos esenciales y antioxidantes que ayudan a restaurar la humedad natural de la epidermis.

Piel mixta

Es una piel que se encuentra en la frontera entre la piel normal y la grasa. La zona más grasa suele corresponder a la zona T ( frente, nariz, barbilla), mientras que las mejillas tienden a ser normales o secas.

Es necesario conseguir una correcta hidratación y al mismo tiempo que no genere sebo y que trate las zonas por separado, para no mezclarlas. Se aconseja realizar una exfoliación y mascarilla nutritiva una vez por semana.

Una vez que consultes con una especialista acerca de tu tipo específico de piel,  mantenela saludable con estos pocos consejos.